¿Por qué no vale la excusa “en septiembre retomo hábitos” si acabo de empezar?

Hay que aprender a llevar esos hábitos de la rutina a la época “menos seria”, como sería el verano, sino me estoy autoengañando de una forma bestial.

Esta frase nace de la creencia errónea de que los hábitos saludables son rutinas rígidas y se basan en el todo o el nada. No hay términos medios.

No es una cuestión de disciplina férrea, podemos aceptar que el verano puede tener la “complicación” de no ser nuestra rutina habitual y cambiar bastante nuestros horarios de vida, pero es que la buena dieta y los buenos hábitos de salud son para todo el año, no solo para la época “seria de rutina”, como a priori hemos interiorizado.

Hay que aprender a llevar esos hábitos de la rutina a la época “menos seria”, como sería el verano, sino me estoy autoengañando de una forma bestial.

Para ello tampoco ayuda el famoso concepto que se ha vendido de la nutrición, de la operación bikini, como si la nutrición solo fuera importante de cara al verano y dejara de serlo en pleno verano, “ya que ya nos hemos preparado para el bikini”, además de que la palabra “bikini” pone en valor la función estética de la nutrición e ignora completamente el resto de las funciones, por cierto las importantes de verdad, para el cuerpo.

Me entenderás bien si ya has leído mi filosofía de trabajo.

Hay que entender que si hay ganas y motivación, cualquier época del año puede ser buena para empezar y para continuar, entendiendo el cambio de hábitos como un proceso y no como una operación temporal o que se da bajo unas condiciones “exactas”.

Es cuestión de ver siempre la parte positiva de cada época, la negativa existe por sí sola (siempre hay algún “pero”, todos lo sabemos) y parte de nuestro trabajo es buscar soluciones a esos impedimentos o barreras que surgen.

Dejemos de hacer inflexible a la dieta, para convertirla en un hábito de “flexibilidad saludable” todo el año.

Y tú, ¿te animas a no dejar para septiembre lo que puedes hacer por tu salud este verano?